Debido a ello, la metodología del certamen cambia, pero se garantiza su nivel artístico en la modalidad musical y coreográfica, premiando a los mejores intérpretes, compositores y bailarines del pasillo en el país, y conservando el nivel artístico que lo caracteriza.
Esta versión del Festival, nuevamente le apuesta, como es costumbre, a ser incluyente, donde niños, jóvenes, adultos, propios y extranjeros disfruten sanamente de la cultura, el arte y la música que identifica la idiosincrasia y autenticidad en un territorio.